Leyendas, historia, testimonios, personajes, fauna, flora, temas ambientales, viajeros, cuentos y poemas de Puerto Deseado y la Patagonia Argentina. Consultas, comentarios y colaboraciones a deseadorevista@yahoo.com.ar
martes, 6 de enero de 2009
HUGO GIMENEZ AGUERO, LA MUSICA Y LA GEOGRAFIA DE LA PATAGONIA
Santa Cruz, su poeta, su paisaje
Por Martín Bernaola
E-mail: bernaolamartin@yahoo.com.ar
Conocí Santa Cruz casualmente unos diez años antes de recorrer su geografía. Ocurrió en Bariloche, en una disquería de la calle Mitre, cuando un vendedor me recomendó, para escuchar buena música de la Patagonia, que comprara un cassette de Hugo Giménez Agüero, poeta y cantor de Santa Cruz. Por suerte le hice caso.
Los poetas obran pequeños milagros. Ellos saben cómo “pintar” un paisaje sin pinceles ni acuarelas, sólo con palabras, y hasta nos hacen creer que estamos viendo lo que ellos cuentan.
Así fue que de la mano de los versos de don Hugo y de los ritmos de la Patagonia Austral, que él mismo recopiló y trasladó al canto y la guitarra (kaanis, chorrilleras, milongas andinas), fui de a poco metiéndome en los infinitos y soberbios paisajes santacruceños.
Hasta ese momento, nada sabía de cañadones, de chorrilos, ni del furibundo “kosten”, el viento patagónico que barre la meseta hacia el Atlántico. Nada sabía del empinado Chaltén, que adoraron los tehuelches y que hoy es desafío de todos los montañistas del mundo. Desconocía los ríos serpenteantes del desierto patagónico, e ignoraba que ese “desierto” estaba poblado por esbeltos y elegantes guanacos, en antigua convivencia con los rápidos ñandúes. Supe que un “quillango de chulengo” es un poncho hecho con el cuero de un guanaco cachorro. Y escuchando las canciones, aprendí del coirón, ese arbusto chato de color verde amarillento, alimento del ganado ovino - que por allá llaman “piño” - y alfombra de la meseta. También conocí el perfume de la mata negra y el sabor del calafate. Aprendí de las lengas y los ñires, protagonistas de los bosques andino-patagónicos. Conocí el peculiar color celeste de los lagos agrestes y de los glaciares que en ellos se derraman. Supe que en aquellos confines, durante el verano, la luz del día se prolonga hasta casi la media noche. Aprendí las costumbres de los tehuelches, verdaderos dueños del paisaje, sus personajes y sus historias. Así, de la mano de la canción, también supe de muchos pueblos santacruceños. Y puedo asegurar que sentí en la piel el frío de las nevadas en Gallegos, que oí un silbo lejano en Güer Aike, que caminé por Puerto Santa Cruz, por Gregores, por los pagos de Gobernador Moyano y que sentí el aroma suave de los árboles frutales en Los Antiguos.
Aprendí de los puesteros de las estancias santacruceñas, sus penurias, sus soledades, sus heladas desventuras. Y aprendí muchas historias de vida, de esas que el fin del mundo envuelve en mitos y leyendas.
También supe del amor en la Patagonia y sus secretos.
Cuando conocí de cerca la provincia y al fin pude recorrer muchos de sus caminos, y andar por los cañadones, los bosques y la estepa, sentí ese dulce cosquilleo que la emoción provoca en todo el cuerpo. Lo que había leído en los versos y escuchado en las canciones, estaba allí. Todo frente mío. Y me quedé mirando con el asombro de un niño.
Así son los poetas. Obran pequeños milagros. Conocí la provincia de Santa Cruz, sin conocerla, gracias a don Hugo Giménez Agüero, su poeta y su cantor.
http://weblogs.clarin.com/puebloapueblo/archives/2006/12/santa_cruz_su_poeta_su_paisaje.html
ALGUNOS COMENTARIOS
mi nombre es alan flavio altamira, vocalista de LAS VOCES DEL SUR DE PUERTO DESEADO, y actualmente director musical del grupo BUSCANDO HORIZONTES, de Berazategui, Buenos Aires.
He vivido mas de 15 años en la Patagonia mas precisamente en Puerto Deseado,y Con Hugo Gimenez Aguero y Los chicos de Las Voces Del Sur hemos conocido varios paisajes de La patagonia y hemos canatdo en varios festivales de Nuestro Sur, como el de LAS CEREZAS en lOS ANTIGUOS, Cueva de las Manos en Perito Moreno, Nacional Austral del Folclore, en Pico Truncado, El de Trabajador Patagonico en Caleta Olivia, El del Robalo, en Santa Cruz , el del Langostino en Puerto Deseado, entre otros... y Hugo Gimenez Aguero,RUEB PATAGONIA, MARITE BERBEL, LOS HERMANOS PACHANO, LITO GUTIERREZ, referentes muy importante que tenemos los Patagonicos ha dejado como persona y en lo musical junto a su guitarrista Hugo Merlo muchisimo, para que hoy en dia nuevos grupos y solitas se aferren de nuestras raices y no se pierda la cultura y origen de los techuelches, mapuche, araucanos y onas, a traves de ritmos como el kaany, retumbos cordilleranos, loncomeos, malambos, huellas, shotis, chorrileras, milongas andinas.
soy una uruguaya que hace 30 años vive en buenos aires y en el año 87 mi esposo me trajo de un viaje que hizo a neuquen dos cassetes de hugo y de ahi en adelante nunca deje de escucharlo y tuve la suerte hace como dos años de poder estrechar su manoy nadie imaginara lo que fue para mi, fu tal la emocion que no sabia que decirle , pero lo mas impactante fue su sencillez, como buen hombre de campo, simple sencillo, en ese momento hubiera querido que mi hermana que vive en uruguay hubiera tenido la oportunidad que tuve yo, ya que ella es una fiel seguidora de hugo, a traves mio tambien se hizo fanatica de sus canciones, y es cierto , no conozco el sur en persona pero gracias a hugo se de todas sus zonas, gracias hugo y aquisiempre una uruguaya que vive esperando su ultimo disco , para no perderlo y mandarlo a uruguay, alla en mi entorno a todos le encanta su discografia, gracias y hasta siem,pre
Publicado por: nahir oliva |
Hola, yo vi a Don Hugo Gimenez Aguero yo vivo en Bs. As. y lo vi dos veces en vivo me llene de emocion y cante en primera fila todas las canciones, sos un Genio, vos y tus musicos, amo el sur tanto que parece que hubiera vivido alla toda la vida escucho sus canciones y me emociono mucho, ojala pudiera radicarme en esos pagos, la patagonia tiene muchos poetas exelentes y Hugo es sin dudas uno de los mejores, hay alguien que lo critica, esta pagina es para elogiarlo y el que lo ensucia lo hace por maldad tube el agrado de abrazarlo al termino del recital y es muy buena persona eso se nota.
Publicado por: Luis A. de Marié
Hice el servicio militar en trelew en 1979 en el BIM4 de la base ZAAR vivi 42 años en San Miguel (gran bs as)y hace 5 que vivo en San Luis(capital).
Hace 30 años que junto a mi hermano Roberto escuchamos a Don Hugo. No tenemos el gusto de conocerlo personalmente,pero nos gustaria estrechar su mano.
En los ultimos 20 dias compre los cd: ABUELO y HUELLA DE AMOR se unieron a los kcts CHALTEN, WAHUAIS, TE ESCRIBO DESDE EL SUR, PATAGONIA...MISION POSIBLE.
Para mi hermano y para mi es un tesoro tener esta musica, estos decires, estas broncas, esta sangre.
Conocì la Patagonia a los 18 años, en Trelew, Rawson, Madrin hasta Camarones. A los 30 de luna de miel en Bariloche y San Martin de Los Andes.
El paisaje costero diferente al andino, a veces me pregunto porque esa sensacion de abrigo en esos lugares, nunca en otro lugar senti algo igual.
Porque, me lo contesta Hugo cada vez que canta, El,
que nunca se cansa de gritar porque!!.
Ayer lo vi cantar por tv, les dije a mi hijo y a mi hija: "vengan por favor, vean este es HUGO Gimenez Agüero, Don Hugo como dice papà". Cuando el viento Chorrillero arrecia y se desboca sierra abajo aquì en San Luis con su alma helada, su manto de polvo gris que a veces es blanco de nieve, me recuerda a Patagonia. Wahuais, asi nos sentimos con mi hermano escuchando a don Hugo por estos pagos pero sabemos que los vientos de la palabra haran su trabajo.
Desde San Luis este cogollo: "Hugo Gimenez Agüero que viva, yo vi dos muertes peliar, a la muerte repentina con la muerte natural, eso es lo que a mi me gusta, que se mueran las dos muertes y los que estamos presentes que no nos muramos nunca".
Gracias,muchas gracias por su canto.
Publicado por: Ricardo Chavero
Soy patagónico de corazón, me afinqué en ella hace unos años. Conocí a Don Hugo Giménez Agüero en el Festival del Trabajador patagónico en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz. En ese momento acaba de casarme y adquirí el CD "Perserverancia", con una cubierta y diseño modestos, pero su interior repleto de joyas que no me canso de escuchar. En esa ocasión nos estrechó su mano y plasmó una dedicatoria para mi recién esposa. Llevo esta música en el alma y a muchos amigos del mundo. Les aseguro que ya la han escuchado en el Norte de Argentina como en México, USA e Israel... Muchas gracias Don Hugo.
Publicado por: ToniB
Hace 15 años actuò en la Fiesta de la Soberania Nacionar en Punta Alta, HUGO GIMENEZ AGUERO todo un exito, a partir de ese dìa comenzò a gustarme la Patagonia, su musica, sus paisajes, sus costumbres todo pintado en canciones de este maestro, Balcarceño de nacimiento pero Patagonico por adopciòn como el dice. El 11 de Noviembre pasado viajamos con mi señora a Choele Choel para verlo actuar en el Pre Cosquìn y les aseguro que la sensaciòn que sentì de verlo personalmente y escuchar sus temas despuès de varios años fue indescriptible. Gracias a Dios llevamos recorridos muchos Km. de nuestro sur y esperamos seguir conociendo màs. Desde Punta Alta, Pcia de Bs. As. te digo "GRACIAS HUGO GIMENEZ AGUERO POR ENSEÑARNOS A CONOCER NUESTRA PATAGONIA ARGENTINA"
Publicado por: roberto carlos CERRANO
Hace varios años que vivo en Córdoba y muy de vez en cuando puedo ir a mia amada Río Gallegos, pero cada vez que canto o escucho las canciones de Hugo Giménez Agüero siento estar allá. Mi esposa es porteña y mis dos hijas cordobesas pero ellas también aprendieron sus canciones y cuando les escucho tararearlas me lleno de emoción. Un saludo a todos los sureños y un abrazo de agradecimiento a Don Hugo.
Publicado por: Juan Manuel
sábado, 3 de enero de 2009
LOS RECUERDOS DE ELENA GALIMENT
FOTOS FIESTA ANIVERSARIO 1999
UNA FIESTA Y MUCHOS RECUERDOS
Nos reuníamos con la Comisión Directiva, conversábamos sobre la organización de la fiesta aniversario y Día de la madre, distribuíamos tareas, todo se hacía con entusiasmo y alegría, unas señoras se encargaban de la limpieza de manteles, cortinas y salón, otras en pedir tortas y algunas donaciones, y el resto en organizar la comida. Todo se preparaba en casas de familia: pollos, pecetos y lechones que se colocaban en grandes asaderas que facilitaba la familia Casas, y que ellos en los hornos de la panadería procedían a la cocción. Al día siguiente distribuíamos en fuentes, agregando además variedad de ensaladas, y como postre las tortas que se habían solicitado, además de la sidra que permitía el brindis de cumpleaños y el homenaje a las mamás, que también recibían de parte de la comisión una tarjeta o una flor.
Se elegía la reina y las princesas por el voto de los presentes, y recibían la corona y su banda, casi siempre bordadas por Brunilda Basanta, de manos de representantes del club.
Después del baile, muchas veces con orquesta, y con la satisfacción de la tarea cumplida, nos disponíamos a volver al día siguiente para la limpieza de enseres y salón, y efectuar los comentarios de la fiesta realizada.
Traigo a mi presente las matinés bailables de los domingos de 19 a 24 hs. En ese encuentro de jóvenes no faltaba la música lenta, los tangos y los movidos. Roberto Brozoski, gran propulsor, preparaba para cada mesa, un listado de la discografía, así cada muchacho comprometía a su chica en la danza que justamente a ambos interesaba: Muchacha, Fueron tres años, Serenata a la luz de la luna, España Cañí, Bésame mucho, El reloj.......
Quiero recordar a algunas de las socias de ayer que trabajaron para que el club Deseado Junior`s brindara a sus amigos encuentros periódicos en reuniones sociales, y con ellas a muchas más que colaboraron año tras año: Carmen Fuentes, Encarnación López, Dora Rodríguez, Norma Cittanti, Suevia Arias, Juanita y Emilia González, Zulema Conz, Consuelo Lucea, Dora Baztán, Teresita Ibiricu, Nelva Núñez, Haydeé Tubino, Juanita Fernández, Matilde Woodley, Nora Cardozo, Marta Fanjul, Martha Gutiérrez, Silvia Cittanti, Nelly Alvarez, Elena Galiment.
Otras reuniones fueron los carnavales, las fiestas de ganaderos, fin de año y también kermeses, algunas con gran éxito, otras con poca participación y así fueron transcurriendo los años. Con la televisión, los costos y el desgano llegamos a la actualidad, donde parece resurgir una comisión que quiere mejorar el salón, organizar eventos y atraer socios y juventud que aporten vitalidad y prestigio al ROJO de ayer, hoy y siempre.
Elena Galiment
CLUB DESEADO JUNIORS/ Recuerdos de ochenta años
ENRIQUE "POCHO" LEAL Y ENRIQUE CASAS
Cómo surgió el nombre
22 de julio de 1928 –fecha lejana en la mente de quien vio el resurgir y vivió la vida de nuestro club. Aquella noche de recuerdos, reunidos el grupo de entusiastas muchachos Deseadenses, dispuestos a la creación de un club, que no tuviera la vida efímera de los que ya habían fundado anteriormente, se llegó en esa reunión, a pensar qué nombre debíamos darle al que se fundó: Club Deportivo Deseado Juniors.
Ya habían fundado estos mismos entusiastas, años antes, el FIRPO BOXING CLUB, que si bien la práctica de futbol era intensa, con la misma intensidad se practicaba el box, deporte por excelencia; en los años de brillante trayectoria de nuestro gran campeón Luis Angel Firpo. Este club desapareció, como muchos que se fundaban en aquellos años; posteriormente, ellos mismos habían fundado el CLUB ATLÉTICO DESEADO, con bases sólidas habían creído, pero también al correr de pocos años, desapareció de Deseado; y ese mismo grupo de tesoneros y entusiastas muchachos amantes del deporte, se reunió esa histórica noche para nuestra institución del 22 de Julio de 1928- y fundaron la nueva institución, a la que había que darle nombre; teníamos descartado ya uno, que había existido, en los tiempos en que también existía el JUVENTUD PROGRESISTA, y este era el Club Atlético Deseado; se cambiaron varias ideas, y recuerdo que el socio fundador Abelardo Gutiérrez, dijo, que era necesario bautizar a esta nueva institución, con un nombre, que si bien llevaría el homenaje al deporte en su principio, no podíamos dejar de recordar a nuestro pueblo, a aquel pueblito de 1928; y propuso el nombre de CLUB DEPORTIVO DESEADO JUNIORS que era la abreviación de Club Deportivo Jóvenes de Deseado.
Y así quedó inscripto el nombre de una institución, creada al calor de aquel grupo de entusiastas, y que vemos hoy, grande, pujante, lleno de vigor y entusiasmo, y con un porvenir muy halagüeño, que nos hace pensar, que aún tiene que llegar mucho más lejos.
Como nacieron nuestros colores
Como todo club recién creado, uno de los principales problemas que se les presentaba a nuestros fundadores fue la elección de los colores para la camiseta que iban a defender en las lides futboleras.
Fue así que especialmente para tal fin se reunieron aquellos entusiastas y esforzados muchachos. Sentados todos ante la mesa que les servía de escritorio y con la presidencia del señor Sorá, se inició el debate.
Se empezó a discutir, todos opinaron que aquel u otro color; las combinaciones dignas de un eximio decorador se barajaron en aquella mesa redonda. Cuando ya estaba agotado el tema, cuando las ideas y pensamientos se esfumaban con el humo del cigarrillo, se hizo la luz. El Presidente Sorá dijo: yo soy hincha de Independiente, otro: yo también y así otro y otro. No fue necesario ir a votación. Por mayoría “cantada” se eligieron los colores del gran club de Avellaneda.
Desde entonces, desde hace treinta años, el Deseado Juniors luce orgulloso el ROJO y BLANCO en su escudo, en su bandera y en sus distintivos deportivos.
Nuestros símbolos y nuestra marcha
Quizá, en la actualidad, no sean muchos los que recuerden quienes fueron los creadores de nuestra bandera, nuestra insignia y nuestro escudo, nacido éste como consecuencia de aquella.
Nuestra bandera social fue diseñada por el señor Manuel Pérez, quien combinó el rojo con diagonales blancas y el escudo al centro, siendo esta la bandera que desde entonces se adoptó como emblema social. En cuanto a nuestra insignia, en principio, fueron simples botones forrados de género, mitad blanco y mitad rojo. Era necesario, sin embargo, crear algo mas perdurable que un simple botón forrado por hábiles y delicadas manos femeninas. Algo de más categoría; algo más en consonancia con la importancia y prestigios de que ya gozaba el Club.
Y fue el ingenio, la habilidad y la paciencia de nuestro socio, señor Adriano Blanco, quien “fabricó” las primeras insignias para solapas. Con una simple lima, y una no tan simple paciencia, se dio el señor Blanco a aquella tarea, confeccionando insignias con trocitos de chapa, que luego pintaba con esmalte rojo y blanco, adoptándolas con alfileres para prender en la solapa. ¡Qué orgullo no se sentía entonces al lucir estas rudimentarias insignias, que quizá alguno guarde aun de recuerdo! Este diseño, ideado por el señor Blanco, fue adoptado luego como insignia actual, como así también para el escudo social.
Y en cuanto a nuestra marcha, debemos su letra a un entusiasta y gran deportista, Ventura Ramos, que aún alejado de ésta localidad, jamás olvidó nuestra divisa y desde Las Heras, donde residía y reside actualmente, envió los versos que forman la letra de nuestra marcha, cuya música es obra de un gran director y compositor, el maestro Gambino.
TEXTOS EXTRAIDOS DEL BOLETÍN 30º ANIVERSARIO DEL CLUB DEPORTIVO DESEADO JUNIORS
Cómo surgió el nombre
22 de julio de 1928 –fecha lejana en la mente de quien vio el resurgir y vivió la vida de nuestro club. Aquella noche de recuerdos, reunidos el grupo de entusiastas muchachos Deseadenses, dispuestos a la creación de un club, que no tuviera la vida efímera de los que ya habían fundado anteriormente, se llegó en esa reunión, a pensar qué nombre debíamos darle al que se fundó: Club Deportivo Deseado Juniors.
Ya habían fundado estos mismos entusiastas, años antes, el FIRPO BOXING CLUB, que si bien la práctica de futbol era intensa, con la misma intensidad se practicaba el box, deporte por excelencia; en los años de brillante trayectoria de nuestro gran campeón Luis Angel Firpo. Este club desapareció, como muchos que se fundaban en aquellos años; posteriormente, ellos mismos habían fundado el CLUB ATLÉTICO DESEADO, con bases sólidas habían creído, pero también al correr de pocos años, desapareció de Deseado; y ese mismo grupo de tesoneros y entusiastas muchachos amantes del deporte, se reunió esa histórica noche para nuestra institución del 22 de Julio de 1928- y fundaron la nueva institución, a la que había que darle nombre; teníamos descartado ya uno, que había existido, en los tiempos en que también existía el JUVENTUD PROGRESISTA, y este era el Club Atlético Deseado; se cambiaron varias ideas, y recuerdo que el socio fundador Abelardo Gutiérrez, dijo, que era necesario bautizar a esta nueva institución, con un nombre, que si bien llevaría el homenaje al deporte en su principio, no podíamos dejar de recordar a nuestro pueblo, a aquel pueblito de 1928; y propuso el nombre de CLUB DEPORTIVO DESEADO JUNIORS que era la abreviación de Club Deportivo Jóvenes de Deseado.
Y así quedó inscripto el nombre de una institución, creada al calor de aquel grupo de entusiastas, y que vemos hoy, grande, pujante, lleno de vigor y entusiasmo, y con un porvenir muy halagüeño, que nos hace pensar, que aún tiene que llegar mucho más lejos.
Como nacieron nuestros colores
Como todo club recién creado, uno de los principales problemas que se les presentaba a nuestros fundadores fue la elección de los colores para la camiseta que iban a defender en las lides futboleras.
Fue así que especialmente para tal fin se reunieron aquellos entusiastas y esforzados muchachos. Sentados todos ante la mesa que les servía de escritorio y con la presidencia del señor Sorá, se inició el debate.
Se empezó a discutir, todos opinaron que aquel u otro color; las combinaciones dignas de un eximio decorador se barajaron en aquella mesa redonda. Cuando ya estaba agotado el tema, cuando las ideas y pensamientos se esfumaban con el humo del cigarrillo, se hizo la luz. El Presidente Sorá dijo: yo soy hincha de Independiente, otro: yo también y así otro y otro. No fue necesario ir a votación. Por mayoría “cantada” se eligieron los colores del gran club de Avellaneda.
Desde entonces, desde hace treinta años, el Deseado Juniors luce orgulloso el ROJO y BLANCO en su escudo, en su bandera y en sus distintivos deportivos.
Nuestros símbolos y nuestra marcha
Quizá, en la actualidad, no sean muchos los que recuerden quienes fueron los creadores de nuestra bandera, nuestra insignia y nuestro escudo, nacido éste como consecuencia de aquella.
Nuestra bandera social fue diseñada por el señor Manuel Pérez, quien combinó el rojo con diagonales blancas y el escudo al centro, siendo esta la bandera que desde entonces se adoptó como emblema social. En cuanto a nuestra insignia, en principio, fueron simples botones forrados de género, mitad blanco y mitad rojo. Era necesario, sin embargo, crear algo mas perdurable que un simple botón forrado por hábiles y delicadas manos femeninas. Algo de más categoría; algo más en consonancia con la importancia y prestigios de que ya gozaba el Club.
Y fue el ingenio, la habilidad y la paciencia de nuestro socio, señor Adriano Blanco, quien “fabricó” las primeras insignias para solapas. Con una simple lima, y una no tan simple paciencia, se dio el señor Blanco a aquella tarea, confeccionando insignias con trocitos de chapa, que luego pintaba con esmalte rojo y blanco, adoptándolas con alfileres para prender en la solapa. ¡Qué orgullo no se sentía entonces al lucir estas rudimentarias insignias, que quizá alguno guarde aun de recuerdo! Este diseño, ideado por el señor Blanco, fue adoptado luego como insignia actual, como así también para el escudo social.
Y en cuanto a nuestra marcha, debemos su letra a un entusiasta y gran deportista, Ventura Ramos, que aún alejado de ésta localidad, jamás olvidó nuestra divisa y desde Las Heras, donde residía y reside actualmente, envió los versos que forman la letra de nuestra marcha, cuya música es obra de un gran director y compositor, el maestro Gambino.
TEXTOS EXTRAIDOS DEL BOLETÍN 30º ANIVERSARIO DEL CLUB DEPORTIVO DESEADO JUNIORS
JUNIORS CAMPEON/ Escribe Raúl Cevasco
Otra Pequeña Historia
Hace unos días recibí una llamada inesperada. Sonia Ockerhausen me informaba que en el próximo aniversario del Club Deseado Juniors se iba a conmemorar el campeonato de fútbol obtenido por el club en el año 1964, dentro de la Liga de Fútbol Norte de la provincia de Santa Cruz. El llamado fue el detonante de una explosión de recuerdos en mi interior. Don Félix Maigan era entonces el presidente de la Comisión Directiva del club, en la cual yo me desempeñaba como pro-tesorero. Los recuerdos son muy pobres respecto al resto de la dirigencia. Apenas vienen a mi memoria las figuras de Lucho Pérez y Juan Carlos Blanco, dentro de los diez o doce miembros de la comisión. La ambición de Maigan era que el club participara del campeonato de la zona norte, pero para ello el equipo tenía que viajar cada dos semanas, en las ocasiones en que jugaba de visitante, a las localidades de Caleta Olivia o Pico Truncado. Eso no era tarea fácil, porque en la Municipalidad de entonces no existía ningún vehículo que pudiera parecerse a un ómnibus, de manera que el traslado sólo podía efectuarse con automóviles particulares.
Por entonces yo disponía de un automóvil Rambler color negro. Para los jóvenes de la actualidad, creo necesario aclarar que el Rambler era un coche mediano producido por la fábrica IKA, Industrias Kaiser Argentina, fábrica que luego fue absorbida por la Renault. Creo que no hace falta decir que, hace más de cuarenta años, los viajes eran mucho más complicados que en la actualidad. Los caminos eran totalmente de ripio, tanto para Caleta como para Truncado, y sobre todo en la época invernal, cuando esos caminos no eran repasados con frecuencia por las máquinas viales, el viaje constituía realmente una empresa riesgosa, con mayor razón teniendo en cuenta que había que ir y volver en el día. No obstante ello, todos los que contribuíamos con nuestros vehículos al traslado de los jugadores, lo hacíamos con el entusiasmo que nos contagiaba don Félix Maigan.
Pero el exceso de entusiasmo no es buen consejero y se corre el riesgo de incurrir en procedimientos antideportivos. Ese domingo el equipo tenía que jugar de visitante en Pico Truncado. El club de esa localidad, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo, para celebrar el encuentro había organizado una pequeña reunión bailable para el sábado anterior al día del partido. Algunos allegados al club, incluyendo varios jugadores, aceptaron la invitación y viajaron a Truncado el sábado. El resto de la delegación lo hicimos el domingo a la mañana y al llegar a destino, dos o tres horas antes del comienzo del partido, nos encontramos con una novedad calamitosa para el desempeño de los jugadores: los que habían viajado el sábado habían estado en el baile hasta altas horas de la madrugada y en ese momento estaban más con ganas de dormir la siesta que de jugar al fútbol. Especialmente uno de ellos estaba literalmente convertido en un zombie. Yo llevaba en la guantera del auto unos comprimidos para ahuyentar el sueño que utilizaba ocasionalmente cuando tenía que conducir durante muchas horas. Sin comentarlo con nadie, para que ningún otro se viera comprometido, tomé un comprimido y se lo administré al jugador en cuestión. No recuerdo si jugó bien o mal, pero sé que por lo menos pudo terminar el partido. Creo que los más de cuarenta años transcurridos desde entonces me permiten hacer esta confesión.
El traslado del equipo no solamente se efectuaba con los vehículos de los integrantes de la Comisión Directiva, sino que también varios socios y allegados contribuían con sus propios automotores. Durante algunos años vivió en la localidad un inmigrante italiano, que seguramente los antiguos vecinos recordarán. Se llamaba Coco Sgrima. No se si estará bien escrito, pero así era como se pronunciaba. Este señor compró el primer vehículo de su vida aquí en Puerto Deseado. En esos años todavía circulaban bastantes automotores importados que habían entrado en la década del ’50, cuando en todos los puertos de Chubut y Santa Cruz se podía ingresar mercadería sin pago de impuestos. Coco pudo reunir el importe suficiente para adquirir una courier modelo 53, vehículo entonces bastante difundido, creo que de la marca Ford, que era algo así como una mezcla entre rural y furgón. Como flamante propietario de la unidad, se presentó en el club para ofrecer su colaboración en el transporte de jugadores, lo que fue inmediatamente aceptado. En el siguiente viaje a Caleta Olivia se unió a la caravana, llevando al arquero suplente y en la compañía de algunas otras personas. En el viaje de regreso, ya muy próximos a Deseado, aproximadamente frente a la entrada de la gruta de Lourdes, el automóvil se paró y no hubo forma de que siguiera andando. Le preguntaron si tenía nafta y respondió que había llenado el tanque al salir, de manera que siguieron buscando la causa hasta que, efectivamente, comprobaron que el vehículo estaba sin combustible. Interrogaron más a fondo a Coco y comprobaron que, por cierto, él había llenado el tanque al salir, pero al salir de Puerto Deseado hacia Caleta en el viaje de ida. Fue el comentario de la noche en la confitería del club.
Se acercaba el final del torneo y todo hacía presumir que el Juniors se consagraría campeón. Era el momento de empezar a preparar los festejos. Mientras el resto de la gente comenzó a programar distintos tipos de celebraciones, yo me propuse poner un pasacalle con la palabra CAMPEONES. Pero en esos años no existían todavía los pasacalles de tela que tanto proliferaron más adelante y que actualmente se suelen ver en abundancia, sobre todo en épocas de campañas políticas. Entonces le comuniqué mi propósito a Torresin y Juan se entusiasmó enseguida con la idea. Resolvió confeccionar letras en madera terciada, para lo cual puso a trabajar a los empleados de su taller, y una vez terminadas y pintadas, las unió por la parte de atrás con dos pasadas de soga plástica, del tipo de la que se usa para tender la ropa, una por la parte superior de las letras y otra por la parte inferior. Eran letras mayúsculas de importante tamaño, calculo que algo así como 40 o 50 cm. de alto cada una. Cuando llegó la noticia de que el Juniors ya era campeón, con la ayuda de algunos jóvenes extendimos el pasacalle cruzando de vereda a vereda la 12 de Octubre frente al salón del club. Fue una empresa arriesgada, porque recién después del último partido se confirmó el campeonato y el cartel hubo que prepararlo con anterioridad, de manera que se corría el riesgo de que fuera una pérdida inútil de material y trabajo.
Si escarbo un poco más en mis recuerdos, es posible que surjan otros episodios dignos de ser relatados, pero la tiranía del espacio no me permite extender más esta historia. Quizás con el correr del tiempo aparezca alguna otra oportunidad para continuar con las anécdotas. Será hasta entonces.
Raúl Eduardo Cevasco
Hace unos días recibí una llamada inesperada. Sonia Ockerhausen me informaba que en el próximo aniversario del Club Deseado Juniors se iba a conmemorar el campeonato de fútbol obtenido por el club en el año 1964, dentro de la Liga de Fútbol Norte de la provincia de Santa Cruz. El llamado fue el detonante de una explosión de recuerdos en mi interior. Don Félix Maigan era entonces el presidente de la Comisión Directiva del club, en la cual yo me desempeñaba como pro-tesorero. Los recuerdos son muy pobres respecto al resto de la dirigencia. Apenas vienen a mi memoria las figuras de Lucho Pérez y Juan Carlos Blanco, dentro de los diez o doce miembros de la comisión. La ambición de Maigan era que el club participara del campeonato de la zona norte, pero para ello el equipo tenía que viajar cada dos semanas, en las ocasiones en que jugaba de visitante, a las localidades de Caleta Olivia o Pico Truncado. Eso no era tarea fácil, porque en la Municipalidad de entonces no existía ningún vehículo que pudiera parecerse a un ómnibus, de manera que el traslado sólo podía efectuarse con automóviles particulares.
Por entonces yo disponía de un automóvil Rambler color negro. Para los jóvenes de la actualidad, creo necesario aclarar que el Rambler era un coche mediano producido por la fábrica IKA, Industrias Kaiser Argentina, fábrica que luego fue absorbida por la Renault. Creo que no hace falta decir que, hace más de cuarenta años, los viajes eran mucho más complicados que en la actualidad. Los caminos eran totalmente de ripio, tanto para Caleta como para Truncado, y sobre todo en la época invernal, cuando esos caminos no eran repasados con frecuencia por las máquinas viales, el viaje constituía realmente una empresa riesgosa, con mayor razón teniendo en cuenta que había que ir y volver en el día. No obstante ello, todos los que contribuíamos con nuestros vehículos al traslado de los jugadores, lo hacíamos con el entusiasmo que nos contagiaba don Félix Maigan.
Pero el exceso de entusiasmo no es buen consejero y se corre el riesgo de incurrir en procedimientos antideportivos. Ese domingo el equipo tenía que jugar de visitante en Pico Truncado. El club de esa localidad, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo, para celebrar el encuentro había organizado una pequeña reunión bailable para el sábado anterior al día del partido. Algunos allegados al club, incluyendo varios jugadores, aceptaron la invitación y viajaron a Truncado el sábado. El resto de la delegación lo hicimos el domingo a la mañana y al llegar a destino, dos o tres horas antes del comienzo del partido, nos encontramos con una novedad calamitosa para el desempeño de los jugadores: los que habían viajado el sábado habían estado en el baile hasta altas horas de la madrugada y en ese momento estaban más con ganas de dormir la siesta que de jugar al fútbol. Especialmente uno de ellos estaba literalmente convertido en un zombie. Yo llevaba en la guantera del auto unos comprimidos para ahuyentar el sueño que utilizaba ocasionalmente cuando tenía que conducir durante muchas horas. Sin comentarlo con nadie, para que ningún otro se viera comprometido, tomé un comprimido y se lo administré al jugador en cuestión. No recuerdo si jugó bien o mal, pero sé que por lo menos pudo terminar el partido. Creo que los más de cuarenta años transcurridos desde entonces me permiten hacer esta confesión.
El traslado del equipo no solamente se efectuaba con los vehículos de los integrantes de la Comisión Directiva, sino que también varios socios y allegados contribuían con sus propios automotores. Durante algunos años vivió en la localidad un inmigrante italiano, que seguramente los antiguos vecinos recordarán. Se llamaba Coco Sgrima. No se si estará bien escrito, pero así era como se pronunciaba. Este señor compró el primer vehículo de su vida aquí en Puerto Deseado. En esos años todavía circulaban bastantes automotores importados que habían entrado en la década del ’50, cuando en todos los puertos de Chubut y Santa Cruz se podía ingresar mercadería sin pago de impuestos. Coco pudo reunir el importe suficiente para adquirir una courier modelo 53, vehículo entonces bastante difundido, creo que de la marca Ford, que era algo así como una mezcla entre rural y furgón. Como flamante propietario de la unidad, se presentó en el club para ofrecer su colaboración en el transporte de jugadores, lo que fue inmediatamente aceptado. En el siguiente viaje a Caleta Olivia se unió a la caravana, llevando al arquero suplente y en la compañía de algunas otras personas. En el viaje de regreso, ya muy próximos a Deseado, aproximadamente frente a la entrada de la gruta de Lourdes, el automóvil se paró y no hubo forma de que siguiera andando. Le preguntaron si tenía nafta y respondió que había llenado el tanque al salir, de manera que siguieron buscando la causa hasta que, efectivamente, comprobaron que el vehículo estaba sin combustible. Interrogaron más a fondo a Coco y comprobaron que, por cierto, él había llenado el tanque al salir, pero al salir de Puerto Deseado hacia Caleta en el viaje de ida. Fue el comentario de la noche en la confitería del club.
Se acercaba el final del torneo y todo hacía presumir que el Juniors se consagraría campeón. Era el momento de empezar a preparar los festejos. Mientras el resto de la gente comenzó a programar distintos tipos de celebraciones, yo me propuse poner un pasacalle con la palabra CAMPEONES. Pero en esos años no existían todavía los pasacalles de tela que tanto proliferaron más adelante y que actualmente se suelen ver en abundancia, sobre todo en épocas de campañas políticas. Entonces le comuniqué mi propósito a Torresin y Juan se entusiasmó enseguida con la idea. Resolvió confeccionar letras en madera terciada, para lo cual puso a trabajar a los empleados de su taller, y una vez terminadas y pintadas, las unió por la parte de atrás con dos pasadas de soga plástica, del tipo de la que se usa para tender la ropa, una por la parte superior de las letras y otra por la parte inferior. Eran letras mayúsculas de importante tamaño, calculo que algo así como 40 o 50 cm. de alto cada una. Cuando llegó la noticia de que el Juniors ya era campeón, con la ayuda de algunos jóvenes extendimos el pasacalle cruzando de vereda a vereda la 12 de Octubre frente al salón del club. Fue una empresa arriesgada, porque recién después del último partido se confirmó el campeonato y el cartel hubo que prepararlo con anterioridad, de manera que se corría el riesgo de que fuera una pérdida inútil de material y trabajo.
Si escarbo un poco más en mis recuerdos, es posible que surjan otros episodios dignos de ser relatados, pero la tiranía del espacio no me permite extender más esta historia. Quizás con el correr del tiempo aparezca alguna otra oportunidad para continuar con las anécdotas. Será hasta entonces.
Raúl Eduardo Cevasco
80 AÑOS DEL DESEADO JUNIORS/ Evocación de Dimas Martínez
Primer Campeonato de la Liga de Fútbol Norte de Santa Cruz
Transcurría la primavera del año 1963 y en el Deseado Juniors corrían vientos de renovación. En el mes de agosto, en una de las primeras elecciones internas –y también la última- los candidatos de la lista rojiblanca, encabezada por Jorge Piñero y Félix Maigan, se hacían cargo de la conducción de la Institución.
A partir de esos momentos hubo un resurgimiento tanto en lo social como en lo deportivo, que puso al club en lo mas alto de la consideración local.
En pelota a paleta, en automovilismo y en fútbol, las tres disciplinas en las que siempre se destacó el Juniors, fueron tomando dimensiones impensadas ni por los mas enfervorizados simpatizantes.
En paleta, la visita de los campeones nacionales Domingo y Arnaldo Olite, del campeón mundial Jorge Utdge y del siempre recordado “manco de la Teodolina”, fueron un deleite por las diversas exhibiciones que en sus mas diversas especialidades realizaron en el frontón del club.
En automovilismo, la doble Deseado-Comodoro en ruta abierta, carreras en el circuito propiedad del club en la actual zona de chacras, con la participación siempre exitosa de nuestros representantes –Ramonín Fernández y Horacio Vega- pusieron a esta práctica en lo mas alto del deporte santacruceño, amén de las distintas carreras de regularidad que congregaban a innumerables familias participantes, que disfrutaban de jornadas que hoy recordamos con nostalgia.
Pero el broche de oro de todas estas actividades deportivas la iba a dar el fútbol, disciplina que dio inicio y prosecución a la fundación del Deseado Juniors. Por variadas circunstancias se había armado un equipo que deleitaba por lo vistoso de su juego y la contundencia con que concluía sus jugadas, amén de la garra con que defendía los colores rojos.
Ramonín Fernández y Héctor Perino en el arco, Enrique Leal –el gran capitán del equipo- y Bota Argirópulos en la zaga, la línea media con Leva Izurieta, Héctor Masci y José Abraham y la delantera imparable compuesta por Horacio Vega, Guillermo Urzúa, Alejandro Galiment, Edmundo Prendes y Oscar Vega, constituían la base de un equipo que brilló en toda su dimensión.
En esos momentos se había organizado en Caleta Olivia la “Liga de Fútbol Norte de Santa Cruz” y en el primer campeonato iban a participar equipos de esa ciudad, Cañadón seco y Pico Truncado, al que fue invitado el Deseado Juniors.
La tarea era por demás de difícil realización, habida cuenta de que domingo por medio había que trasladarse a las localidades citadas, con un contingente de jugadores de primera y segunda división, mas auxiliares y delegados, hacerse cargo de los traslados y comidas, lo que implicaba altas erogaciones, además de tener que pagar los viáticos y el traslado de los referís oficiales desde Caleta Olivia, cuando el Juniors era local.
Don Félix Maigan, presidente de la Subcomisión de fútbol, un dirigente con un carisma especial, un entusiasmo y un empuje contagioso, fue quien llevó adelante los contactos necesarios con los directivos de la liga y lo que en un momento parecía una utopía, tuvo feliz comienzo el 17 de noviembre de 1963, cuando a los “rojos” les tocó debutar en este primer campeonato de la liga norte, en la que intervenían trece equipos: nueve de Caleta Olivia, dos de Cañadón Seco, uno de Pico Truncado y uno de Puerto Deseado, a dos ruedas.
El debut no pudo ser mas auspicioso. Los deseadenses se impusieron a Mar del Plata de Caleta Olivia por 7 a 1 en primera división, con cuatro tantos de Sani Galiment, y uno cada uno de Edmundo Prendes, Horacio Vega y Oscar Vega. La segunda división también triunfó por siete goles a dos, con cuatro tantos de Juanito González y tres de Luis Urzúa.
Venía ahora la prueba de fuego. El Juniors tenía que trasladar a todo su contingente a Caleta Olivia a enfrentarse con Estrella del Sur. No se contaba con ayuda oficial, ni para el traslado ni para los gastos, razón por la cual -como en el resto del campeonato- la colaboración desinteresada de socios y simpatizantes era imprescindible.
Coches y camionetas particulares se ponían a disposiciones del club y así partían los domingos a la mañana rumbo a Caleta, Cañadón Seco o Pico Truncado, recorriendo un camino totalmente de ripio, para trasladar a jugadores y colaboradores. La Ford F350 de Don Félix Maigan, alma mater de esta epopeya, como así también los vehículos de Andrés Gutiérrez, Mariano López, Eduardo Cevasco, Julián Baztán, Dimas Martínez, Ramonín Fernández, Mitre Michunovich, Lucho y Toto Pérez y otros que el tiempo ha borrado, estaban siempre presentes en la línea de largada.
Y en este segundo partido, el 24 de noviembre de 1963, el Deseado Juniors empata tres a tres con Estrella del sur, uno de los mejores equipos de la liga, con un tanto de Galiment y dos de Horacio Vega, el último en gol olímpico, empatando cuando faltaban cinco minutos para el final.
Y en esta cruzada tuvo el Juniors que superar varios contratiempos de importancia, como la suspensión de su cancha y la de su jugador estrella - Edmundo Prendes-decretada por el tribunal de penas de la liga. Así las cosas tenía que viajar todos los domingos a Caleta Olivia para actuar de local en el field del club Cañadón Seco.
Pero nada podía detener a esta falange de jugadores, directivos e hinchas, enfervorizados por las actuaciones destacadas de cada una de sus presentaciones.
Cabe destacar que a la larga caravana de simpatizantes locales que viajaban hasta Caleta, se sumaban las de diversas familias originarias de Puerto Deseado, radicadas en Comodoro Rivadavia, como los Lecumberry, Dimópulos, Forchiasin, Blanco, Del Alamo, etc., que los domingos se trasladaban para alentar con sus cánticos y bocinazos a los muchachos del Juniors.
Valga una anécdota para resaltar la vocación triunfalista que imperaba en el club. El 12 de enero de 1964, los rojos se tenían que enfrentar con Huracán del Sur de Caleta Olivia. Por primera vez se había conseguido un viejo colectivo municipal para trasladar a parte de los equipos hasta aquella ciudad. Como sus condiciones no eran de las mas óptimas, salió este transporte varias horas antes que el resto de la comitiva compuesta por automóviles y camionetas de socios y simpatizantes. Pasando unos 30 kilómetros de Fitz Roy, el colectivo vuelca, prácticamente se desintegra, las ruedas y el eje trasero quedan para un lado de la picada y la carrocería para el otro, pero por suerte solamente hubo rasguños y heridas superficiales en sus ocupantes.
El susto mayúsculo se lo llevaron quienes fueron llegando con posterioridad, pero al comprobar el médico de la institución –Dr. Cevasco- que todos los integrantes, tanto de primera como de segunda estaban en condiciones de actuar en el partido de la tarde, se comenzó con el traslado de jugadores a Caleta en autos y camionetas, en viajes de ida y vuelta, hasta que toda la delegación se pudo reunir minutos antes de comenzar el partido. Y aunque la segunda división cayó por goleada –6 a 1- la primera se impuso a Huracán del Sur por 1 a 0, con una brillante definición del goleador Sani Galiment.
La carrocería del colectivo nunca volvió a Deseado y permanece actualmente como boletería en el circuito de la localidad de Jaramillo.
Y así continúa este campeonato y llegamos a la última fecha –la Nro 24- el día 20 de junio de 1964, en la que el Juniors, en su field, debía ganar para consagrarse campeón. Enfrentaba a YPF de Caleta Olivia y una tensa vigilia embargaba a toda la parcialidad roja, que en número pocas veces visto concurrió desde hora temprana a la cancha, con la esperanza de que el sueño iniciado ocho meses atrás se hiciera realidad. En el primer tiempo el Juniors perdía uno a cero y así se escurrían los sueños de campeonar, pero en el segundo, con goles de Horacio Vega, Rafael Alaniz y el siempre presente Sani Galiment, concretó un triunfo inobjetable que lo catapultó a la cima de la tabla.
Con la pitada final del árbitro, que consagraba al Deseado Juniors dueño del “Primer Campeonato de la Liga de la Zona Norte de Santa Cruz” –blasón futbolístico máximo para todo Puerto Deseado- se desató la euforia entre jugadores y simpatizantes, que se volcaron a las calles derrochando la alegría de todo un pueblo envuelto en el delirio, festejando el gran triunfo, la gran conquista, hasta que las gargantas y las bocinas se agotaron ya entrada la madrugada del lunes.
Alternaron también en el primer equipo del Juniors, los siguientes jugadores, que aportaron y contribuyeron con su esfuerzo y calidad a la obtención de esta gran conquista, que perdurará por siempre en la rica historia de la Institución. Son ellos: Andrés Mesa, Ernesto Leal, Pedro Rubinetti, José Cárcamo, Víctor Leaños, Jorge Leal, José Giraudo, Rafael Alaniz, Lorenzo Juárez, Jorge Varas, Ramón Brandan y Raul Seguel.
Es de destacar también la colaboración desinteresada y por cierto muy eficaz que prestaron desde la utilería del club, los simpatizantes Ernesto Venditti y Manuel Pantiga, la del Kinesiólogo Sr. Navarro y la del ayudante de campo Sr. Germán Gutiérrez.
Todos ellos, jugadores, directivos, colaboradores y simpatizantes quedarán grabados en el crisol de recuerdos de una de las páginas mas brillantes de la institución.
Dimas Ramiro Martínez
Transcurría la primavera del año 1963 y en el Deseado Juniors corrían vientos de renovación. En el mes de agosto, en una de las primeras elecciones internas –y también la última- los candidatos de la lista rojiblanca, encabezada por Jorge Piñero y Félix Maigan, se hacían cargo de la conducción de la Institución.
A partir de esos momentos hubo un resurgimiento tanto en lo social como en lo deportivo, que puso al club en lo mas alto de la consideración local.
En pelota a paleta, en automovilismo y en fútbol, las tres disciplinas en las que siempre se destacó el Juniors, fueron tomando dimensiones impensadas ni por los mas enfervorizados simpatizantes.
En paleta, la visita de los campeones nacionales Domingo y Arnaldo Olite, del campeón mundial Jorge Utdge y del siempre recordado “manco de la Teodolina”, fueron un deleite por las diversas exhibiciones que en sus mas diversas especialidades realizaron en el frontón del club.
En automovilismo, la doble Deseado-Comodoro en ruta abierta, carreras en el circuito propiedad del club en la actual zona de chacras, con la participación siempre exitosa de nuestros representantes –Ramonín Fernández y Horacio Vega- pusieron a esta práctica en lo mas alto del deporte santacruceño, amén de las distintas carreras de regularidad que congregaban a innumerables familias participantes, que disfrutaban de jornadas que hoy recordamos con nostalgia.
Pero el broche de oro de todas estas actividades deportivas la iba a dar el fútbol, disciplina que dio inicio y prosecución a la fundación del Deseado Juniors. Por variadas circunstancias se había armado un equipo que deleitaba por lo vistoso de su juego y la contundencia con que concluía sus jugadas, amén de la garra con que defendía los colores rojos.
Ramonín Fernández y Héctor Perino en el arco, Enrique Leal –el gran capitán del equipo- y Bota Argirópulos en la zaga, la línea media con Leva Izurieta, Héctor Masci y José Abraham y la delantera imparable compuesta por Horacio Vega, Guillermo Urzúa, Alejandro Galiment, Edmundo Prendes y Oscar Vega, constituían la base de un equipo que brilló en toda su dimensión.
En esos momentos se había organizado en Caleta Olivia la “Liga de Fútbol Norte de Santa Cruz” y en el primer campeonato iban a participar equipos de esa ciudad, Cañadón seco y Pico Truncado, al que fue invitado el Deseado Juniors.
La tarea era por demás de difícil realización, habida cuenta de que domingo por medio había que trasladarse a las localidades citadas, con un contingente de jugadores de primera y segunda división, mas auxiliares y delegados, hacerse cargo de los traslados y comidas, lo que implicaba altas erogaciones, además de tener que pagar los viáticos y el traslado de los referís oficiales desde Caleta Olivia, cuando el Juniors era local.
Don Félix Maigan, presidente de la Subcomisión de fútbol, un dirigente con un carisma especial, un entusiasmo y un empuje contagioso, fue quien llevó adelante los contactos necesarios con los directivos de la liga y lo que en un momento parecía una utopía, tuvo feliz comienzo el 17 de noviembre de 1963, cuando a los “rojos” les tocó debutar en este primer campeonato de la liga norte, en la que intervenían trece equipos: nueve de Caleta Olivia, dos de Cañadón Seco, uno de Pico Truncado y uno de Puerto Deseado, a dos ruedas.
El debut no pudo ser mas auspicioso. Los deseadenses se impusieron a Mar del Plata de Caleta Olivia por 7 a 1 en primera división, con cuatro tantos de Sani Galiment, y uno cada uno de Edmundo Prendes, Horacio Vega y Oscar Vega. La segunda división también triunfó por siete goles a dos, con cuatro tantos de Juanito González y tres de Luis Urzúa.
Venía ahora la prueba de fuego. El Juniors tenía que trasladar a todo su contingente a Caleta Olivia a enfrentarse con Estrella del Sur. No se contaba con ayuda oficial, ni para el traslado ni para los gastos, razón por la cual -como en el resto del campeonato- la colaboración desinteresada de socios y simpatizantes era imprescindible.
Coches y camionetas particulares se ponían a disposiciones del club y así partían los domingos a la mañana rumbo a Caleta, Cañadón Seco o Pico Truncado, recorriendo un camino totalmente de ripio, para trasladar a jugadores y colaboradores. La Ford F350 de Don Félix Maigan, alma mater de esta epopeya, como así también los vehículos de Andrés Gutiérrez, Mariano López, Eduardo Cevasco, Julián Baztán, Dimas Martínez, Ramonín Fernández, Mitre Michunovich, Lucho y Toto Pérez y otros que el tiempo ha borrado, estaban siempre presentes en la línea de largada.
Y en este segundo partido, el 24 de noviembre de 1963, el Deseado Juniors empata tres a tres con Estrella del sur, uno de los mejores equipos de la liga, con un tanto de Galiment y dos de Horacio Vega, el último en gol olímpico, empatando cuando faltaban cinco minutos para el final.
Y en esta cruzada tuvo el Juniors que superar varios contratiempos de importancia, como la suspensión de su cancha y la de su jugador estrella - Edmundo Prendes-decretada por el tribunal de penas de la liga. Así las cosas tenía que viajar todos los domingos a Caleta Olivia para actuar de local en el field del club Cañadón Seco.
Pero nada podía detener a esta falange de jugadores, directivos e hinchas, enfervorizados por las actuaciones destacadas de cada una de sus presentaciones.
Cabe destacar que a la larga caravana de simpatizantes locales que viajaban hasta Caleta, se sumaban las de diversas familias originarias de Puerto Deseado, radicadas en Comodoro Rivadavia, como los Lecumberry, Dimópulos, Forchiasin, Blanco, Del Alamo, etc., que los domingos se trasladaban para alentar con sus cánticos y bocinazos a los muchachos del Juniors.
Valga una anécdota para resaltar la vocación triunfalista que imperaba en el club. El 12 de enero de 1964, los rojos se tenían que enfrentar con Huracán del Sur de Caleta Olivia. Por primera vez se había conseguido un viejo colectivo municipal para trasladar a parte de los equipos hasta aquella ciudad. Como sus condiciones no eran de las mas óptimas, salió este transporte varias horas antes que el resto de la comitiva compuesta por automóviles y camionetas de socios y simpatizantes. Pasando unos 30 kilómetros de Fitz Roy, el colectivo vuelca, prácticamente se desintegra, las ruedas y el eje trasero quedan para un lado de la picada y la carrocería para el otro, pero por suerte solamente hubo rasguños y heridas superficiales en sus ocupantes.
El susto mayúsculo se lo llevaron quienes fueron llegando con posterioridad, pero al comprobar el médico de la institución –Dr. Cevasco- que todos los integrantes, tanto de primera como de segunda estaban en condiciones de actuar en el partido de la tarde, se comenzó con el traslado de jugadores a Caleta en autos y camionetas, en viajes de ida y vuelta, hasta que toda la delegación se pudo reunir minutos antes de comenzar el partido. Y aunque la segunda división cayó por goleada –6 a 1- la primera se impuso a Huracán del Sur por 1 a 0, con una brillante definición del goleador Sani Galiment.
La carrocería del colectivo nunca volvió a Deseado y permanece actualmente como boletería en el circuito de la localidad de Jaramillo.
Y así continúa este campeonato y llegamos a la última fecha –la Nro 24- el día 20 de junio de 1964, en la que el Juniors, en su field, debía ganar para consagrarse campeón. Enfrentaba a YPF de Caleta Olivia y una tensa vigilia embargaba a toda la parcialidad roja, que en número pocas veces visto concurrió desde hora temprana a la cancha, con la esperanza de que el sueño iniciado ocho meses atrás se hiciera realidad. En el primer tiempo el Juniors perdía uno a cero y así se escurrían los sueños de campeonar, pero en el segundo, con goles de Horacio Vega, Rafael Alaniz y el siempre presente Sani Galiment, concretó un triunfo inobjetable que lo catapultó a la cima de la tabla.
Con la pitada final del árbitro, que consagraba al Deseado Juniors dueño del “Primer Campeonato de la Liga de la Zona Norte de Santa Cruz” –blasón futbolístico máximo para todo Puerto Deseado- se desató la euforia entre jugadores y simpatizantes, que se volcaron a las calles derrochando la alegría de todo un pueblo envuelto en el delirio, festejando el gran triunfo, la gran conquista, hasta que las gargantas y las bocinas se agotaron ya entrada la madrugada del lunes.
Alternaron también en el primer equipo del Juniors, los siguientes jugadores, que aportaron y contribuyeron con su esfuerzo y calidad a la obtención de esta gran conquista, que perdurará por siempre en la rica historia de la Institución. Son ellos: Andrés Mesa, Ernesto Leal, Pedro Rubinetti, José Cárcamo, Víctor Leaños, Jorge Leal, José Giraudo, Rafael Alaniz, Lorenzo Juárez, Jorge Varas, Ramón Brandan y Raul Seguel.
Es de destacar también la colaboración desinteresada y por cierto muy eficaz que prestaron desde la utilería del club, los simpatizantes Ernesto Venditti y Manuel Pantiga, la del Kinesiólogo Sr. Navarro y la del ayudante de campo Sr. Germán Gutiérrez.
Todos ellos, jugadores, directivos, colaboradores y simpatizantes quedarán grabados en el crisol de recuerdos de una de las páginas mas brillantes de la institución.
Dimas Ramiro Martínez
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