martes, 8 de marzo de 2016

1991, EL VOLCAN HUDSON, por Pablo Ciselli/ DEL LIBRO El campo Deseado y su gente


Las primeras consecuencias del volcán  Hudson

El paraje denominado Tres Cerros, que se halla a unos 500 km. al este del volcán Hudson y aproximadamente a 80 km. del Océano Atlántico es el lugar elegido para la descripción de la caída del material volcánico.
Esta zona fue castigada por una caída de aproximadamente 8 cm. de espesor de cenizas que resulta ser lo que precipitó el volcán durante su erupción. Esto fue así porque durante todo ese tiempo el viento mantuvo una sola dirección: Noroeste al Sudeste. La concentración de cenizas fue de unos 20 cm. a la altura de Perito Moreno-Los Antiguos, para llegar al Atlántico con unos 5 cm. de espesor.
Lo significativo esque cuanto mayor era la distancia en recorrer de esa nube volcánica más finas y livianas eran sus partículas. Eso implica que en esta zona apenas corre un leve brisa de verano las cenizas quedan en suspensión, ocasionando una nube permanente y convirtiendo en un martirio el vivir en ese medio ambiente.
Muchas veces y después de un día de calma, el material volcánico que se halla concentrado en cañadones, matas y matorrales con un poco de viento comienza a remolinear produciendo un espectáculo dantesco, ya que se eleva a cientos de metros, originando al poco tiempo una nube que impide la visualidad.
Durante los días de la erupción del volcán Hudson y unos diez días posteriores, los animales no pudieron alimentarse, ya que todos los camos cruzados por el material volcánico quedaron cubiertos de denizas y sólo comenzaron a comer cuando los vientos dejaron algunos espacios en claro. La inanición fue una de las causas más importantes en la mortandad de la hacienda.
Los primeros indicios muestran la desaparición de un 30-40 % de ovinos (ovejas, capones, borregos) y un 100 % de los corderos. Como puede observarse el productor que tenía y tiene su establecimiento en la zona de desastre se ha quedado con menos de la mitad de sus animales. Esto agravado por las consecuencias perjudiciales que sigue provocando el material caído, sin vislumbrarse por cuántos años esta situación permanecerá.
Tanto en la zona de Tres Cerros como en la franja de campos afectados por la caída de ceniza, se limpian los corrales, bañaderos, aguadas, pero si al otro día sopla viento están cubiertos nuevamente, lo que está tornando casi imposible seguir luchando contra este material.
Esta catástrofe afecta a más de la mitad de los establecimientos ganaderos de la provincia de Santa Cruz. Esto empeora la situación de esta provincia argentina que tiene apenas 1,4 habitantes por kilómetro cuadrado que actualmente están migrando.

Pedro Pablo Ciselli
Diciembre 1991/ Revista Patagonia Agropecuaria (Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia)

JULIO CARRIZO / UN POEMA DEL LIBRO "El campo Deseado y su gente"

Al vasquito Gelós

 


Querido Vasco Gelós
te escribo desde la Tierra
sigue la esquila, la yerra,
a las que canto en mi voz,
claro que te canto a vos
con sabor a dos palenques
que están tristes como un chenque
como un perro sin abrigo
y cómo están tus amigos,
los gauchos de Makamenke.

Aquel día veintidós
de un otoño que te fuiste
quedamos todos muy tristes
tuvimos que echar el dos
todo el pueblo te lloró
por tu destino tirano
tu madre, amigos y hermanos,
Aldo, Jara, el Cabezón,
y toda la Agrupación
con el Pelao Marsicano.

Ni hablar de Cacho Carrizo,
Pablo, Marcelo, Paola,
Jorge, Dany Bayn, Juanola,
gente que tanto te quiso
y en mi narración deslizo
a Fritz Kuhnle con Raquel,
Enrique Casas tan fiel,
tu esposa y gente de lejos,
que formaron un cortejo
con una flor y un laurel.

Estaba Eloiso Quinteros
al que llamamos Eloy
el que te llora hasta hoy
con sentimiento sincero
fue tu amigo verdadero
y te juro no hablo al cuete,
si te cuento que en un brete
de angustia estaba vencido
ese colosal amigo
llamado Aníbal Rapetti.

Tus compañeros, presentes!
lloraron desde un principio
es decir el municipio,
con Luis Diez el intendente
y aún yo tengo presente
como un recuerdo que acuno
los miré de uno en uno
sus rostros mustios y serios
te juro, del cementerio
no se movía ninguno.

Y ahora llega febrero
llega el día del Festival
y vendrás en un bagual
del corral al palenquero
dirá tu nombre un trovero
relinchará la Madrina
a media asta la Argentina
por tu nombre flameará
y algún criollo llorará
por tu ausencia en la cantina.

A tu pulpería, Vasquito
iré con el paisanaje
por el último brebaje
con mi verso y con un grito
después hasta el infinito
con el último desvelo
de traje, poncho y pañuelo
y en un alazán tostao
nos iremos enancaos
hasta los campos del cielo.

Julio Carrizo, 28-12-1992

MEMORIAS DE PUERTO DESEADO/ 1968: CURSOS LATINOAMERICANOS DE BIOLOGIA MARINA

semanario EL ORDEN, 14-3-68

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Semanario EL ORDEN, 1-2-68

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