Desde hace un par de meses Nicolás Espósito Chedel, de treinta y siete años, autodefinido como "escritor y aventurero" ha emprendido una travesía a pie por la costa patagónica, con el objetivo de unir -en un recorrido sin límite de tiempo- la localidad de Carmen de Patagones con la ciudad de Ushuaia.
Se propone recorrer caminos no pavimentados, rutas poco frecuentadas y, mientras va elaborando su novela "El último Patagón", toma imágenes de la fauna, la flora y las costumbres de cada lugar.
"Soy oriundo de Buenos Aires. Estuve viviendo fuera de Argentina durante catorce años y he regresado hace ocho meses aproximadamente", relató,
acotando que "me di cuenta ahora al volver que hay para descubrir bastante. De hecho creo que no he leído o si alguien ha caminado todo lo que caminé no lo documentó porque antes de largar este viaje estuve ocho meses averiguando en bibliotecas, en Internet mas o menos para que me dirigieran y ahí me di cuenta que se puede ser pionero aún hoy".
Cuenta Espósito Chedel que su espíritu de aventura nació alrededor de sus doce años. "Iba leyendo historias de todos los pioneros que fueron visitando Argentina. Desde Darwin a nuestro Perito Moreno, por ejemplo, y siempre creí que jamás podría ser pionero porque había nacido en otra época" dice.
Novela
Con respecto a su próximo libro, dice que "esta novela está basada en buscar los rastros de los tehuelches partiendo desde el mito que nos trajo Magallanes hasta nuestros días y a partir de ahí es aventurarme, ver qué encuentro, sobre todo caminando para encontrarme con las personas que no ven a nadie en casi todo un año, los peones de las estancias por ejemplo, o los que están viviendo o han nacido en medio de la Patagonia de la costa y a partir de ahí me voy aventurando también en escribir esta novela". "Es ficción pero también tiene trazos de bitácora de viaje", indica.
"A esta novela la tengo pensada hace aproximadamente quince años porque la Patagonia siempre me llamó y sabía que en algún momento su voz me iba a decir eso, “ahora es el instante”; es un hibrido, de ficción y de bitácora de viaje como había dicho, va a haber mucha leyenda, muchos mitos de los tehuelches, mitos que no conocía y a medida que pasa el tiempo estoy descubriendo cosas nuevas", sigue detallando.
Por la costa
Al mencionar sus experiencias en las extensas caminatas que va desarrollando de punto a punto, admite que "hay muchas personas que ni siquiera tienen acceso a radios, periódicos y solamente entre sesenta kilómetros hay dos historias totalmente diferentes o conocimientos opuestos sobre lo que la Patagonia es, sus orígenes y todo entonces voy tratando de plasmar todo este viaje para que todos comprendamos desde afuera que es la Patagonia para nosotros, para los que la han visitado en toda la historia y para los oriundos".
El intrépido caminante señala que ha recorrido "por ahora casi toda la costa de Rio Negro: me queda un diez por ciento de Chubut y a partir de que llegue aquí a Santa Cruz voy a tener que cambiar el método de viaje porque tengo que hacer un recorrido máximo de ochenta kilómetros al día por el tema de cargar agua". "Estamos en una zona muy seca. Ustedes hablan de los problemas del agua dentro de un pueblo. Imagínense en el medio de la nada donde el arbusto más alto me llega a las rodillas", observa.
Volver por la Cordillera
Aclara, más adelante que el itinerario lo hace totalmente solo, "caminando y por las huellas cercanas al mar, nunca por rutas asfaltadas". "Quería ir justamente por caminos donde no va nadie y encontrarme con el mar siempre. Yo creo que el mar es lo que nos hace ver a nosotros, lo que nos hace pensar qué hay más allá del horizonte y entonces podría a partir de ese momento entender mas a la Patagonia que tengo de este lado y por sobre todo por que son los únicos caminos que casi no se transitan", reflexiona. "He visto a veces un coche por semanas y eso es con suerte. Además voy por esta zona porque como había dicho al principio siempre quise ser un pionero y aparentemente nadie ha dejado documentado de recorrerla toda en su totalidad. También tengo pensado hacer una vez que llegue a Ushuaia, volver pero por la Cordillera también tratando de meterme en caminos internos y no por la ruta 40", anticipa.
Hospitalidad patagónica
Sobre su metodología de trabajo y de entrevistas, plantea: "Voy abierto a lo que pase. Lo que me he encontrado, aunque ya me habían hablado sobre la hospitalidad patagónica, que es superior a lo que me habían dicho. Muchas veces yo estaba cuatro días caminando, ya sin agua, cansado, con llagas en los pies y me han abierto las puertas como si fuera el hijo pródigo y no me dejaban salir hasta que me vieran caminando correctamente". "Eso es algo que voy a rescatar en esta novela y que cuanto mas aislado del ser humano que se creía todo lo contrario en realidad es mas hospitalario y cuanto mas cosmopolita es el ser humano es que esta mas alejado del de al lado por mas que nos estemos rozando y eso también es algo que he aprendido en este solitario viaje", concluye el escritor.
Semanario EL ORDEN, noviembre 2012
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